miércoles, 8 de octubre de 2008

De excursión sónica, en tren

Se trata de ese tipo de cosas que sólo haces si eres un guiri y te crees que, porque esté cerca de Londres sobre el mapa, es como irse al barrio de al lado. Así que ante atractiva idea de ver a dos de mis bandas londinenses preferidas en una misma tarde y por un precio ridículo (8 Libras), hicimos el petate (unos sándwiches, la cámara, paraguas, chubasquero y cerveza) y para allá que nos fuimos.

Allá es High Wycombe (50 minutos desde Marylebon Train Station) y las bandas culpables Pete and The Pirates y The Wave Pictures.
El problema era de horarios: ¿Cómo podríamos ver a tres grupos si las actuaciones empezaban a las 20:30 horas y el último tren partía a las 00:00 horas? Los cálculos no nos salían y, como comprabareis si seguís leyendo, así fue.
Rodeado de verdes montañas, el pueblo es bonito. De esas típicas `poblaciones británicas que a su brillante cielo gris añaden una misteriosa iglesia protestante, varias tabernas interesantes y un pequeño casco antiguo donde los sábados (y era sábado) ponen un mercadillo de ropa bastante cutre. También hay Primark, MacDonalds, Nero y un pequeño centro comercial. No es que haya que visitarlo a propósito, pero si se organiza algo interesante allí (por ejemplo un concierto) no está nada mal.

El concierto estaba organizado por Ben Sherrnan y llevaba por título “The Big British Sound”. Parece ser que la marca quería difundir, mediante varias ternas de conciertos a tres, a algunas de las bandas británicas que, a su juicio, merecían difusión. Y la verdad que con Pete and The Pirates y The Wave Pictures no podía estar más acuerdo.

El pueblo, se me había olvidado, es universitario; y es que el concierto se llevó a cabo en el interior de la Bucks Students Union (Queen Alexandra Rd). Una elegante sala con aforo para unas 300 personas volvió a reafirmarnos en la seriedad con la que el pop y el rock son tratados en Inglaterra. Qué envidia volver a ver que las universidades están dotadas de salas de conciertos en las que la música moderna y underground es tratada como merece.

Después de ingerir algunas pintas y extraño combinado de vodka, nos acercamos a la puerta a la hora indicada para ver un primer detalle que ya nos encantó: Se trataba de unos encapuchados The Wave Pictures que se iban justo en el momento que se disponía a comenzar el primer artista. Nadie, excepto nosotros, los reconoció, por supuesto. Y así, envalentonado por lo consumido mantuvimos esta conversación:

Enrique- ¿A qué hora empezáis?
The Wave Pictures- A las nueve y media (poca expresividad)
Enrique- ¿Creéis que nos dará tiempo a coger el tren? Hemos venido a veros a vosotros así que si lo perdemos nos vamos en vuestra furgoneta.
The Wave Pictures- (Risas y adiós)

Tim Ten Yen, el primer artista, fue entretenido, gracioso. Pero no dejó de ser algo más teatral que musical. Con todo el instrumental grabado (excepto un pequeño órgano) salió al escenario como un crooner cómico que adornaba las canciones con letras divertidas y bailes extraños. Vamos, que los The Wave Pictures no se perdieron nada. (www.myspace.com/timtenyen)

The Wave Pictures iban luego y, desde que salieron, volvieron a hacer gala de su dejadez al vestir (otra vez varias tallas más) y su maestría al interpretar. La voz de Dave Tattersall sigue siendo estremecedora. A la pata coja y con poca expresividad, pero sólo bastan cerrar los ojos para imaginar a un excelente intérprete; recuerda un poco al mejor Brett Anderson. La actuación hizo valer la pena el viaje, claro, pero fue excesivamente corta; ya sabemos, exigencias del guión. Además, nos tocó los cojones que no tocaran “Strange fruit for David”. Eso sí, en su lugar tuvimos maravillosas composiciones como “Just like o Drummer” o “I love you like a madman” o “Now you are pregnant” .

Los damnificados fueron Pete and The Pirates. El último tren nos llamaba y Pedro y sus piratas sólo llevaban 20 minutos cuando tuvimos que abandonar, por patas, la sala. Habían comenzado con una trempidante “Brigt lights” enlazándola con “Knonts” y otra canción cuyo nombre no se pero que, juntas, se bastaron para definir a la perfección ese sonido a medio camino entre el epicismo Arcade Fire y el indie realizado desde las guitarras aceleradas…Y no escribo más porque el concierto me estaba encantando y creo que merecen ir a verlos en exclusiva y capítulo a parte en este blog.

Y cuando la noche parecía llegaba a su fin, cuando me preguntaba si la furgoneta de The Wave Pictures habría partido ya hacia Londres, Mina (siempre mi acompañante y de ahí que mezcle el plural con la 1ª persona) me señala a los The Wave Pictures que esperaban, como todo hijo de vecino, el tren. En ese momento, y más valiente y ebrio que antes, me acerco riéndome a ellos, pregunto por la furgoneta y les empiezo a taladrar de manera indiscriminada:
Les cuento que me gustó que más su concierto en Madam Jojo´s (de hecho, y dado a los pocos adjetivos que manejo en inglés, se me escapa un “shit” que no les gusta demasiado); les hecho en cara que no tocaran “Strange fruit for David”, que a mi novia (ella avergonzada del espectáculo que presencia) le hubiera encantado; les digo que son los amos; les hablo del Primavera Club y, sobre todo, del Tanned Tin españoles donde pronto actuarán (esto les gusta más); y, por supuesto, les hablo de Vinilo Valencia…Todo esto de pie y con el tren en marcha. Los tío me miran algo flipados. Ellos no dicen nada, sólo sonríen…

Por cierto, al pillar el tren también vimos a Tim Ten Yen con una maletita roja a cuestas…Qué mal está la música independiente (es triste ver a una banda que adoras viajando en el tren)
por dios!…pero que momentos mágicos ofrece.

PD_ Ni que decir tiene que lo que se nos antojó un precio ridículo finalmente se tornó en más de 50 Libras por cabeza si tenemos en cuenta el tren (ida y vuelta), bebida, comida y resopón… Pero vamos, que valió, con creces, la pena.

No hay comentarios: