miércoles, 6 de agosto de 2008

Radiohead en Victoria Park y la paradoja del indie mainstream

El peso de la conciencia pudo más que el económico y me fue imposible dejar pasar la oportunidad de aceptar esa entrada que un amable workmate me ofrecia para ver a Radiohead en el Victoria Park de Londres. Además, después de haberme descargado por la cara y con su permiso ese buen último disco que es In Rainbows, pues que menos.

Tras pasar por el Daydream de Barcelona, volvían los de Oxford a su casa para actuar, por dos días consecutivos- ambos con el Sold Out puesto a pocas horas de sacar los tickets a la venta-, en el Victoria Park; un parque que no es cualquier parque, ya que representa éste al lado más moderno, más arty y menos posh de la capital inglesa. Perfectamente podían haber actuado- y puestos a seguir con escenarios verdes- en Hyde Park; pero eso no va con Radiohead, ellos siempre contracorriente.

Además se caracteriza esta actuación- y todas las que siguen al Tour Mundial que la preceden- por llevar el lema de “Carbon Central World Tour”. Esto quiere decir que la banda británica ha echado cálculos para ver lo que gastan, energéticamente hablando, en una gira (transporte, luz, sonido, suciedad del publico…) y han decidido llevar al mínimo exponente todo este tipo de gastos… Usaran las heces del Bakstage como abono para sus huertos a pie de correspondiente masion?

Eso sí, Radiohead, aunque sigue experimentando y desmarcándose de todo grupo disco tras disco, es un fenómeno de masas, está de moda. 40.000 personas que se plantaron ante el inmenso escenario medioambiental y, claro, aquello parecia mas un festival en hora punta que un concierto monografico; por otra parte, las decenas de puestecitos de hamburguesas (organicas, por supuesto), perritos, chips, cerveza, donuts, wateres etc. ayudaban a dotar a aquello de un aspecto de concierto domingueril más que de gran acontecimiento sonoro.

Perdónenme que no le dedique muchas lineas a Bat For Lashes: grupo elegido por el Propio Thom Yorke- y recomendado por mis conocidos londinenses- para hacer de tolenero en la gira, y que capitanea una atractiva y jipilonga Natasha Khan, proviniente ella de la costera Brighton. Diremos que de primeras nos pareció una Bjork con aires electro-medievales. Kahn, rodeada de percusionistas y ninfas con vientos, finalizó su somera actuación con la buena canción que es "What's A Girl To Do", cuyo videoclip, ya en youtube, es altamente recomendable.

Por no morir en el intento de ir a beber y a mear, me puse a una discreta media distancia (era lejana) desde donde Yorke y los suyos se adivinaban como pequeños insectos saltarines. Y eso sí me sorprendio, el frontman de la banda es mas animado de lo que pensaba. No paró de dar salto, corretear de arriba abajo del escenario y, en definitiva, darle caña a esos pitillos rojos que eligió para la ocasión.

Coloridos pantalones, como los inmensos tubos de neon (que sí, de bajo consumo) que, como enormes gotarrones, llovían el inmenso escenario y situaban a la banda dentro de un lugar extraterrestre que, en cuanto a lo musical, ya ocupan hace tiempo. Eso sí, tres pantallas (una a sus espaldas y otras a cada lado) divididas en cuantro secciones se apiadaban de nuestra vista y nos mostraban detalles de las caras de entrega de Yorke, el flequillo viviente del concentrado Jonny Greenwood, la inexpresividad de su hermano y las artes de jazzisticas de percusionista de Selway.

Aunque lejos, el sonido se recibia directo y “Recnocker”, “15 step” comenzaron, electronicas y envolventes, anunciando que el genial In Rainbows iba a tener el protagonismo, por cercano, que merecia; asi “All I need”, “Nude”, "Weird Fishes/Arpeggi”, “Faust Arp”, "Bodysnatchers” o “House of Cards” fueron los ejemplos de la perfecta adaptación que tienen los nuevos temas al directo hipnótico, atontante y potente de la banda.

Nunca antes había presenciado el directo de los de Oxford y, la verdad, la voz de Thom York es perfecta, emocionante, desgarrante o, como dicen por aqui, amazing! Esa magica garganta unida al resto de la formación consiguió llevar hasta mi cerebro la atmósfera onírica y pegajosa con la que tantas veces antes había gozado a traves de reproducores articiales. Y es que los cabrones, porque no tiene otro nombre, de los hermanos Greenwood, Ed O'Brien y Phil Selway pasaban de la intensidad del post rock, el guitarreo roquero, la distorsión o la electrónica más cañera al jazz libre en cuesntión de canciones, con maestría y como si fuera tan normal...orgasmo instrumental.

Yo sólo maldecía el no poder disfrutar de aquello en una sala cerrada, con menos aforo. Al fin y al cabo Radiohead es un grupo de matices y de lo que ya nos habiamos dado cuenta a estas alturas es de que, y aunque el grupo lo daba todo, no iba a ser este un concierto de esos que se guardan en la retina for ever. Entre tanta gente, entre tantos millares de ingleses rumiando hamburguesa, debo de reconocer que la desconcentración hizo mella en mi en varios pasajes del macro acto.

Los temazos se entremezclaron con lo nuevo y por allí se dejaron escuchar “Lucky”, “The Bends”, “No Surprises”, “Idioteque”, una “Karma Police” casi acústica- aqu sí cantó toda la familia al estilo karaoke- y “Paranoid Android” como lazo final. Un set list que sobrepasando las 20 canciones llevó a la formación británica a pasar más de dos sudadas horas y media sobre las tablas- dos bises inluidos-.

Para el que no sabía el siginificado de esa contradictoria paradoja del indie mainstream, pues mira, aqui la tiene…Maldicion no haberlo visto en un lugar mas adecuado...Eso si, ahorramos energia, sobre todo al desistir hacer la interminable cola de las cervezas.

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