sábado, 31 de mayo de 2008

Más vale "plan B" en mano que "Bird" volando

Y seguimos descubriendo, por qué no, jóvenes, nerviosas e interesantes bandas made in london.

Esa noche, la idea era ir a ver a Andrew Bird, pero, joder, moverse por la vieja Albion a veces no es tan fácil. Todo ello unido a que- ahora ya me he acostumbrado- los conciertos empiezan a las 7 de la tarde, pues devino en la miserable consecuencia de tener que posponer nuestra cita con el directo del americano para otra ocasión...Una pena porque mi amigo Nando lo definió como uno de los mejores directos de su vida...


Había mono de live concert y yo, como en estas lides soy precabido, me había anotado un plan B en forma de concierto indie. A medio camino entre las estaciones de Aldgate y Whitechapel hallamos- no sin dar algún rodeo- The Rhythm Factory (http://www.rhythmfactory.co.uk/) un pub/sala de conciertos más que apañado y oscuro, dónde, a primera vista no lo imaginas, se disponen tres salas que, como cuevas, se intercomunican. Bueno era el presagio, agradable el dj y no tan cara, sorpresa!, la cerveza.
Y en estas me topé con dos agradables grupos, sobre todo, unos primeros Red Track (foto de arriba) los que a continuación os cuento. Pues son Red Track un potente y eléctrico trío de new brit pop concienzudos de que Pete Doherty es algo más que el yonkarra que los medios de comunicación nos quieren vender. Mucha actitud y desparpajo garajero que, como buen terceto, llenó el escenario sin más armas que la entrega y las melodías rápidas y pegadizas. Por cierto, locura en el escenario y cortesía en el face to face. Un diez para estos chicos del sur de Londres que ya hicieron puntos para venirse a un Vinilo Valencia.


Undergraund Heroes eran, supuestamente, el plato fuerte. Y la verdad es que la actuación aburrida no fue; todo lo contrario: convirtieron aquello en una pequeña olla a presión. Y, claro, eso es lo que ocurre si mezclas la letal mezcla del punk melódoco y el ska. Otros grupos ya lo han hecho (umm...The Clash, Franz Ferdinand) y agradable y cardiaca siempre resulta su combinación. Su público en la ciudad tienen y eso se demostró con la llegada de su pegadizo y coreado tema, "Skinnie Twins".
Sudor, maldades por el escenario y pose roquera (miren a su guitarrista en la foto) para un fin de noche potente y ensordecedor...perfecto para irse a dormir.








Love Music and Hate Laziness

Que no me he olvidado del blog...Es que en esta ciudad todo va tan rápido como sus propios semáforos; los jodidos traffic lights que no le dan tiempo a uno ni a cruzar. Y con la tontería pues ya son dos meses dando vueltas por la zona 1 de Londres.

Tampoco he abandonado mi vicio para con la música en directo, de hecho, cosas interesantes he visto. Aprovecho momentos de tranquilidad de sábado por la mañana para, desde la cama, colgar algunas fotos y contaros algunas aventuras sónicas.


Era un 27 de abril (domingo) y teníamos hang over, pero un emotivo y macrodimensional evento diurno hizo que diéramos con nuestro doloridos huesos en Victoria Park...pedazo de parque!! Se trataba de la celebración de 30 cumpleaños de una asociación inglesa que bajo el nombre de "Love Music and Hate Racism", lucha contra la xenofobia racial y, de paso, las lía gordas. El día era inglés total: cielo gris brillando y ráfagas inoportunas de lluvia cada absurdo lapsus temporal; pero ello no impidió que miles de ingleses (familias, gays, heteros, hip-hoperos, poperos, modernos en genereral) se acercaran a conformar una especie de Woodstock light que tuvo más de paella domingueril que de cita conciertística; lo digo porque el sonido dejó mucho que desear (muy poca potencia para las dimensiones del recinto).
De todas maneras, el propósito se cumplió y nosotros lo pasamos bien, charlamos un rato, improve our english y, además, así, de reojo, pudimos ver a gente tan respetable (en otro contexto hubieran sido conciertones) como: The Good The Bad The Queen, Hard Fi o Patrick Wolf. Y no es que uno vea a Damon Albarn todos los días- la carne, claro que sí, se puso de gallina- pero es que, al menos desde mi posición, no oía nada. Pero vamos, que muy agradable la compañía y muy frescas y caras las Carling consumidas.